(Calaf, El príncipe incógnito:)
¡Qué nadie duerma! ¡Qué nadie duerma! Tampoco tu, oh princesa,
en tu recamara fría
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...
Pero mi misterio está encerrado dentro de mi,
¡nadie sabrá mi nombre!
No, no, lo diré sobre tu boca
al resplandecer la luz
y mis besos derretirán el silencio
que te hace mía.
(Coro, voces de mujeres:)
Nadie sabrá su nombre
y deberemos, ay de mi, ¡morir, morir!
(Calaf, El príncipe incógnito:)
¡Dispersate, oh noche! ¡Estrellas, ponédos!
¡Estrellas, ponédos! ¡Venceré al alba!
¡Venceré! ¡Venceré!