¿No eras tú quien prometía momentos de guion,
algo distinto del aburrimiento?
¿No eras tú quien me ilusionaba con tus maneras ostentosas
bailando y girando sobre tus tacones entre la lluvia?
Y te encontré de repente.
Tu auto no arranca.
"Disculpa, ¿puedes venir a ayudarme?"
Me besaste después de un instante como si no fuera nada,
como si tomaras un café mientras yo moría
pero me hacía el indiferente.
Eres la canción que no sé cantar,
esa herida que no sé curar-
El chocolate que me hace disfrutar
o quizá la uva a la que no sé llegar.
Eres el hábito que no quiero tener
en vista del dolor que me haces probar.
De mis vidas, tú la peor.
Justo por esto eres fundamentalmente
necesidad lunática.
¿No era yo quien interrumpía el sentido de las cosas?
La prepotencia pierde coherencia.
¿No era yo quien eliminaba una vida escrita a mano,
jugando entre dos gotas de perfume?
Y me encontraste de repente
como has encontrado a tantos
actores no protagonistas de tus películas,
pero me besaste después de un instante
como si no fuera nada,
como si tomaras un café mientras yo moría
pero me hacía el indiferente.
Eres la canción que no sé cantar,
esa herida que no sé curar-
El chocolate que me hace disfrutar
o quizá la uva a la que no sé llegar.
Eres el hábito que no quiero tener
en vista del dolor que me haces probar.
De mis vidas, tú la peor.
Justo por esto eres fundamentalmente
necesidad lunática.
Necesidad, necesidad.
Eres la canción que no sé cantar,
esa herida que no sé curar-
El chocolate que me hace disfrutar
o quizá la uva a la que no sé llegar.
Eres el hábito que no quiero tener
en vista del dolor que me haces probar.
De mis vidas, tú la peor.
Justo por esto eres fundamentalmente
necesidad lunática.