Que difícil es la vida, que crueles son las noches
a este lado de la madrugada.
Sigo a la deriva con mi alma ya vacía
entre soles y lunas amargas.
He apurado gota a gota tus caricias,
las promesas que ahora son palabras,
espero y desespero siempre fiel por si vinieras,
mantengo ilusiones de arena.
Sé que ahora volverán las mañanitas frías,
sé que amanecerá, quizás más triste el alba.
(ESTRIBILLO)
Nadie, después de ti no hay nadie,
ni el rastro de tu piel,
que me enamora, me mata, me vuelve a la vida,
te pierdo, busco y busco,
y ya no hay nadie,
después tan sólo hay aire, y un mundo tan cruel,
que aunque lo intento y soy fuerte,
no cierra esta herida.
ayúdame, ayúdame.
Divido besos fríos, sumo y resto corazones,
y al final el resultado es nada.
Dejo que otros dedos se entremezclen por mi pelo,
te sigo buscando en mil caras.
Perdí tantas batallas en tu nombre,
fui tejiendo una bandera blanca.
Y aunque con el viento
he conquistado un horizonte,
me quedo en tu piel marinera.
Sé que ya no volverán
las mañanitas frías, frías, frías.
Se que amanecerá, quizás mas triste el alba.
(ESTRIBILLO)
Nadie, después de ti no hay nadie,
ni el rastro de tu piel,
que me enamora, me mata, me vuelve a la vida,
te pierdo, busco y busco,
y ya no hay nadie,
después tan sólo hay aire, y un mundo tan cruel,
que aunque lo intento y soy fuerte,
no cierra esta herida.
Ayúdame, ayúdame.
Después de ti...
te pierdo, busco, y busco, y ya no hay nadie.
(ESTRIBILLO)
Nadie, después de ti no hay nadie.
Soy sólo una mujer,
que sufre en silencio,
y espera ante el viento por ti.
Ayúdame.
Después de ti no hay nadie,
nadie.