Quisiera escribirte unos cuartetos diferentes,
de aquellos repletos de amores y polvo,
rimar constante, consecuente y urgente
donde el protagonista acaba siempre solo.
Cuartetos dispersos, distintos, puntuados,
rozando un punto en alguna parte de la emoción,
al borde del abismo, arriesgada escalada
al punto más alto que tiene el corazón.
Pero si cayera aturdida de las altas alturas
sobre los peñascos de las líneas de la mano,
pido que la cierres, que en buena ventura,
sentirás pararse mi corazón.
Mantenla cerrada, que el riesgo del susto
puede redondear tus ojos y entonces
la pupilas laxas te revelan con dificultad
que soy una línea más en la palma de tu mano.
//:Pero si cayera aturdida de las altas alturas
sobre los peñascos de las líneas de la mano,
pido que la cierres, que en buena ventura,
sentirás pararse mi corazón.://
Mi corazón.