No han vuelto a venir
desde que estaban tristes,
han cerrado las puertas,
luego nadie los ha visto.
No han vuelto a venir,
son como prisioneros,
en sus corazones mudos
palpita la desesperación.
Y no han apelado
a otros truenos o rayos,
querían saber
sin reclamar venganza.
Si no han hablado
es que el corazón les tiembla,
les han dicho a los suyos
que no alberguen ninguna esperanza.
Ella
le ha cogido la mano para no sentirse sola.
Él,
vete a saber lo que le atasca la garganta.
Quiere escuchar la voz
de la justa familia,
la conciencia de los hombres
que consuela y aconseja.
Quiere encontrar la senda del amor en el exilio,
la fuerza que le falta hasta la reconciliación,
hasta la reconciliación,
hasta la reconciliación.
Quiere encontrar la senda del amor en el exilio.