Oh, ver sin mis ojos
la primera vez que me besaste,
sin límites para el momento en que lloré.
Construí tus muros alrededor de mí.
Ruido blanco, qué sonido tan desagradable
a tientas por el río Rogue,
sentir mis pies por encima del suelo.
Mano de Dios, líbrame.
Oh, oh, ay de mí,
la primera vez que me tocaste.
Oh, ¿Algún día cesarán las maravillas?
Bendito sea el misterio del amor.
Señor, ya no creo,
ahogado en aguas vivas.
Maldito por el amor que recibí
de la hija de mi hermano.
Como Hefestión, que murió
siendo amante de Alejandro 1,
ahora mi rivera se ha secado
¿Acaso no encontraré otra?
Oh, oh, ay de mí,
corriendo como un chorlito.
Ahora soy propenso a la miseria,
la marca de nacimiento en tu hombro me recuerda
¿Cuánto sufrimiento puedo soportar?
Un mirlo en mi hombro.
¿Y cuál será la diferencia
cuando este amor acabe?
Dormiré dentro de tu cama,
río de infelicidad,
sostén tus manos sobre mi cabeza
hasta que exhale mi último aliento.
Oh, oh, ay de mí,
la última vez que me tocaste.
Oh, ¿Algún cesarán las maravillas?
Bendito sea el misterio del amor.
1. Se refiere a Hefestión Amíntoros y Alejandro Magno.