Somos la sombra de las esperanzas vividas,
Que obedientemente bloqueamos en el corazón.
Y no esperamos nada a cambio,
Y después de las marejadas navegaremos lejos.
Así es la vida: un remolino,
Quien permanece en la orilla lo sabrá,
Qué aterrador es cuando
llegas al borde de la debilidad y la tristeza.
Pero habrá muchos cambios en la vida,
Lo principal es tomarse de las manos.
Sé que si tropiezo,
Nuevamente de pie me pondré.
Y lo mismo te responderé,
No voy a traicionarte, me conoces.
Somos la fortaleza del renacimiento de las esperanzas,
No nos quebraremos, y eso tú lo sabes.