Siéntate conmigo a contemplar
la placida espiral
del humo que se va.
Ya no volveremos a fumar
la pipa de la paz,
la guerra empezó ya.
Cantaramos a pleno pulmón,
como en una excursión
el himno fraternal
de los que no dejamos de fumar,
de la santa hermandad
(cof, cof) ya me ha entrado la tos...
Hermanos contra hermanos lucharán
más no se apagará
la brasa en el hogar.
Y su resplandor no morirá
porque siempre arderá
su luz de libertad.
Si somos una especie en extinción
queremos protección,
queremos subvención.
Y lucharemos contra la opresión
y la marginación,
¡que viva la ignición!
Cantaremos hasta enronquecer,
fumar es un placer sensual.
Fumaremos sin desfallecer,
fumar es un derecho natural.
Hoy la intolerancia se cebó
con ese fumador
que nunca molestó
cuando el renegado protestó
porque el ya lo dejó
y se hizo inquisidor.
El tabaco invita a dialogar,
y en la cordialidad
disuelve la tensión.
Y convierte en cenizas el rencor,
se esfuma el mal humor y nace la amistad.
Cantaremos hasta enronquecer,
fumar es un placer sensual.
Fumaremos sin desfallecer,
fumar es un derecho natural.