De noche nos pasábamos las horas
hablando de mil cosas por hacer,
y a veces en pequeñas discusiones
llegaba a amanecer.
Y siempre amanecía con un beso,
y tú, después me preparabas un café,
y yo me despedía cada día,
soñando con volver.
Parábamos el tiempo día a día,
quería descubrirte cada vez.
Prendido de tu vida
y tú prendida de la mía,
el mundo parecía a nuestros pies.
Ya ves que todo pasa,
quién diría,
ya ves que poco queda del ayer,
apenas los recuerdos
momentos que no vuelven otra vez.
¿Te acuerdas de las veces que dijimos,
que nada nos podría separar?
El viento que escuchaba tus palabras
cantaba tu cantar.
Y yo me cobijaba por tu cuerpo,
y tú echabas los sentidos a volar,
perdidos en la noche y el silencio
soñábamos soñar.
La vida se hace siempre de momentos,
de cosas que no sueles valorar,
y luego cuando pierdes
cuando al fin te has dado cuenta
el tiempo no te deja regresar.
Ya ves que todo pasa,
quién diría,
ya ves que poco queda por contar,
apenas los recuerdos
momentos que no vuelven nunca más.