Para los cuerpos que ven desvanecerse el tiempo escapándose, resbalando entre los dedos.
Para las almas que ahora viajan más ligero, que han soltado lastre y que saben también...
Que hay una voz, hay una voz dentro y dice que no, dice que "lo siento".
Dice que no se rinde, que hagan sus apuestas, que sigue el juego... Dice que me niego a venderte mi ilusión, que no le tengo miedo al miedo.
Sin ese peso ya no hay gravedad, sin gravedad ya no hay anzuelo.
Y mira cómo floto, mira cómo vuelo, mira cómo floto y mira cómo vuelo, mira cómo avanzo, valiente, dejándolo todo atrás. Y parece que la vida quiera hacer del paso del tiempo una guillotina, una trituradora de sueños.
Y de cada año una declaración de rendición sin condiciones, bandera blanca a su ejército de zombis.
Pero hay una voz que dice que me niego a venderte mi ilusión, que no le tengo miedo al miedo.
Sin ese peso ya no hay gravedad, sin gravedad ya no hay anzuelo. Y mira cómo floto, mira cómo vuelo, mira cómo floto y mira cómo vuelo, mira cómo avanzo, valiente, dejándolo todo atrás.