Un adiós en la pared, dos palabras.
Algún día volveré, rabia amarga.
No se es fiel con la razón, sí con el alma.
Una tarde tú y yo, cuerpo a cuerpo,
abrazados; pienso en ti, es que tengo miedo.
Pierdo a pulso el corazón, no te miento.
He esperado en el andén de tus ojos
y mi voz se quiebra en dos, no hay retorno.
Llueve triste dentro de mí, me llueve otoño.
Y él vuelve al norte y busca su estrella.
Y él sueña que la alcanza y con ella muere.
Hojas secas que al pisar
me van contando mi soledad.
El silencio viene y va,
trae sonidos de ciudad.
Bebe los vientos,
vientos por ella
que ya no volverá.
Y él vuelve al norte y busca su estrella.
Y él sueña que la alcanza y con ella muere.
Hojas secas que al pisar
me van contando mi soledad.
El silencio viene y va,
trae sonidos de ciudad.
Bebe los vientos,
vientos por ella
que ya no volverá.