Amigos me acuerdo de aquella viejita
que allá en mi pueblo deje,
tan triste y solita llorando de pena
por culpa de una mujer.
Ya para dejarla ella me decía
« hijito no me abandones »
y yo enamorado de aquella perdida
no quise oír sus razones.
Ahora que solo me encuentro
como la pluma en el aire,
hoy si comprendo que no puede haber
como el amor de una madre.
Bien me lo decía mi madre llorando
« hijito no seas confiado,
ten mucho cuidad no sea que mas tarde
tu vivas desengañado »
Hoy soy un borracho, y soy un perdido
no salgo de las cantinas,
tomando tequila oyendo mariachis
y nada alegra mi vida.
Ahora que solo me encuentro
como la pluma en el aire,
hoy si comprendo que no puede haber
como el amor de una madre.