Por tus sitios colgados
a salto de mata
y por tus pueblos
sin campana.
Por tus tramontanas
y las nevadas,
por tus canículas
de playa ardiente,
me estremezco
Por el castaño muerto
sin dueño
y por el olivo retorcido
negro carbón,
me estremezco.
Por tus invernadas
de vientos silbantes
y todos los crepúsculos
en silencio.
Por los trabajadores
de manos cansadas
y por tus pastores
de rebaños blancos,
me estremezco.
Por los hombres encarcelados
de ratos amargos
y todos los expatriados
allende los mares,
me estremezco.
A corazón reventado,
me estremezco.
Por tus ciudadelas
que cuentan historias
y tus causas bellas
y la victoria.
Por la idea que mueve
que quema las venas
y todas las lunas nuevas
de tu porvenir,
me estremezco.
Por tus ciudadelas
que cuentan historias
y tus causas bellas
y la victoria,
a corazón abierto,
me estremezco...