No entiendo cuántas almas tengo -
una te busca, otra dice que no;
cuánto tiempo hace que ya no te siento mío,
yo, como muchos, estoy sin Dios.
Miro a mi alrededor y he ahí la realidad -
países en guerras e historias sin piedad;
tu plegaria es en cambio solo un susurro,
el que mata a otro está sin Dios.
Dónde estás?
La gente no aguanta más
porque de nada sirve aquí abajo
esa semi-esquina del cielo
desde donde nos miras.
Una semi-esquina del cielo
que es solo para los héroes.
Pero nosotros no somos así –
tenemos que vivir.
Ese niño flaco no tiene hambre de ti,
ni le importa saber quién es
el padre en el cielo que agoniza su ego –
sufre, llora y muere sin Dios.
Dónde estás?
La gente no aguanta más
porque de nada sirve aquí abajo
esa semi-esquina del cielo
desde donde nos miras.
Una semi-esquina del cielo
que es solo para los héroes.
Pero nosotros no somos así –
tenemos que vivir.
Esa semi-esquina del cielo
nadie sabe dónde queda,
una semi-esquina del cielo
para aquellos como tú.
Pero nosotros no somos así –
tenemos que vivir...