Una casa de vidrio a lo largo del río
o de noche detrás de un catalejo.
De rodillas en un confesionario
o jadeando entre las piernas de tu amante.
No hay un mejor sitio donde soñar.
El sueño es otra forma de mirar.
Cualquier tierra puede volverse mar.
No hay un mejor sitio donde soñar.
Así enseñamos a los elefantes a ponerse alas.
Enseñamos a los legisladores a ponerse alas.
Enseñamos a los comandantes a ponerse alas.
Nunca es demasiado tarde.
Nunca se es demasiado viejo, oh oh oh.
Una escuela y una cabina electoral
con la pluma en mano antes de votar.
Delante de un juez en un tribunal.
En una barca en fuga en medio del mar.
No hay un mejor sitio donde soñar.
El sueño es otra forma de mirar.
Cualquier tierra puede volverse mar.
No hay un mejor sitio donde soñar.
Así enseñamos a los más pesados a ponerse alas.
Recordamos a los legisladores que se pongan alas.
Invitamos a los maestros a que se pongan alas.
Nunca es demasiado tarde.
Nunca se es demasiado viejo.
Para enseñar a los elefantes a ponerse alas.
Para recordar a los músicos que se pongan alas.
Para invitar a todos a ponerse alas.
Alas... ¡alas! ¡Alas! ¡Alas! ¡Alas!
¡Alas!