Alguien dejó los fuegos ardiendo
y arden hasta bien entrada la noche
dedos de llamas que agarran la chasca
avivando las haces de fuego
Alguien fundió el acero ardiente
sin pensárselo demasiado
centellantes columnas de fuego crecen
en rojo sangriento hasta el espacio
y como un cristal estalla el cielo
estrellas cayendo por todas partes
La luna está roja de la sangre de estrellas
y en mí también hay brasas de fiebre
todo el firmamento está incandescente
viene porque arde mi alma
Alguien incendió el cielo
haciendo de la noche día
me cegué de este brillo
esta luz me enardeció
hasta que me apague quemado
arderé esta noche
Pero de las brasas y de la ceniza blanca
así me fue asignado
renaceré hoy
resucitaré esta noche