No sé por dónde me vino
este querer sin sentir,
ni sé por qué desatino
todo cambió para mí,
porque hasta el alma se me iluminó 1.
con luces de aurora al anochecer,
porque hasta el pulso se me desbocó,
y toda mi sangre se puso de pié.
(estribillo)
Me miraste, me miraste,
y toda mi noche oscura de pena ardió de lucero.
Me embrujaste, me embrujaste
y un río de coplas cantó por mis venas
tu amor verdadero.
Si estaré, mi Dios, soñando y tendré que despertar,
lo que a mí me está pasando
no es mentira ni verdad.
¿Qué me diste, qué me diste
que así me has cambiado de nieve
en hoguera de roja pasión?
No me alejes de tu vera
que sin ti no hay pa mi remisión.
¿No estás viendo que al llamarme, como loca,
desde el alma hasta la boca
se me sube el corazón?
No sé si hay otro que quiera
con la pasión que yo a ti,
vivir de esta manera,
más que vivir es morir,
porque despierto temblando asogao,
y miro a la calle desierta y sin luz,
porque yo tengo la corazonada
de que vas a darme sentencia de cruz.
Me miraste, me miraste,
y al punto mis ojos de frente a los tuyos
brillaron de celos.
Me embrujaste, me embrujaste,
e igual que de arena mis torres de orgullo
vinieron al suelo.
Si será de brujería el néctar de tu querer,
que la luz de mi alegría la oscureces tú con él.
¿Qué me diste, qué me diste
que así me has cambiado de nieve
en hoguera de roja pasión?
No me alejes de tu vera
que sin ti no hay pa' mi remisión.
¿No estás viendo que al llamarme, como loca,
desde el alma hasta la boca
se me sube el corazón?