[Hablado:]
Tango que me hiciste mal
y al que, sin embargo, quiero
porque sos el mensajero
del alma del arrabal.
No sé que encanto fatal
tienen tus notas sentidas,
que la mistonga guarida
del corazón, se me ensancha
como pidiéndole cancha
al dolor que hay en mi vida...
Si supieras,
que aún dentro de mi alma,
conservo aquel cariño
que tuve para ti.
¿Quién sabe? Si supieras
que nunca te he olvidado,
volviendo a tu pasado,
¿te acordarás de mí?
Los amigos ya no vienen
ni siquiera a visitarme:
¡nadie quiere consolarme
en mi aflicción!
Desde el día que te fuiste,
siento angustias en mi pecho...
Decí, mi vida: ¿qué has hecho
de mi pobre corazón?
Al cotorro abandonado,
ya ni el sol de la mañana
asoma por la ventana,
como cuando estabas vos...
Y aquel perrito compañero
que, por tu ausencia no comía,
al verme sola, el otro día,
también se fue...
Sin embargo,
¡yo siempre te recuerdo
con el cariño santo
que tuve para ti!
¿Quién sabe? Si supieras
que nunca te he olvidado,
volviendo a tu pasado,
¿te acordarás de mí?