Aquí están todavía tus zapatos
pero tú ya te has marchado.
Aun sigue tu parte del dinero en el banco
pero tú ya no estás.
Aún sigue tu licencia de conducir rosa toda arrugada
y en tu cajón un libro leído y un Winston azul.
Me lo fumé.
Aquí están tus medias rotas de la noche en que te emborrachaste.
Aún sigue ahí sobre el piano una bufanda azul.
Aquí están tus cartas, tu perfume sigue aún en esta casa
y justo ahí donde te imaginé
estabas tú.
Ah, desde que Senna ya no corre.
Ah, desde que Baggio ya no juega.
Oh no, no, desde que tú me dejaste
ya no es domingo.
Pero luego se me olvida. No lo pienso, ya no lo pienso.
Aquí están todavía tus zapatos
pero tú no pasaste.
Le he explicado a los vecinos riendo que tú ya no estás.
Un muchacho en el patio abraza y besa a su novia
justo ahí donde te encontré.
Tú ya no estás.
Ah, desde que Senna ya no corre.
Ah, desde que Baggio ya no juega.
Oh no, no, desde que tú me dejaste
ya no es domingo.
Oh y no se me olvida.
Ahora vivo solo en esta casa oscura y desolada.
El tiempo que le daba al amor lo tengo sólo para mí.
Cada vez que te pienso como kilos de mermelada,
la que tú me escondías...
la encontré.