En las noches de luna y clavel,
de Ayamonte hasta Vila Real,
sin rumbo por el río,
entre suspiros,
una canción viene y va...
Que la canta María
al querer de un andaluz;
María es la alegría
y es la agonía
que tiene el Sur.
Que conoció a ese hombre
en una noche
de vinho verde y calor
y, entre palmas y fandangos,
la fue enredando;
le trastornó el corazón...
Y en las playas de Isla
se perdieron los dos.
Donde rompen las olas,
besó su boca
y se entregó...
[Estribillo:]
¡Ay, María la portuguesa!
Desde Ayamonte hasta Faro,
se oye este fado
por las tabernas,
donde bebe vinho amargo...
¿Por qué canta con tristeza?
¿Por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado...
¡Por eso canta! ¡Por eso pena!
¡Fado!
Porque le faltan sus ojos..
¡Fado!
Porque le falta su boca...
¡Fado!
Porque se fue por el río...
¡Fado!
Porque se fue con las sombras...
Dicen que fue el "te quiero"
de un marinero
razón de su padecer.
Que en una noche en los barcos
del contrabando
p'al langostino se fue...
Y en las sombras del río,
¡un disparo sonó!
Y, de aquel sufrimiento,
nació el lamento
de esta canción.
[Estribillo:]
¡Ay, María la portuguesa!
Desde Ayamonte hasta Faro,
se oye este fado
por las tabernas,
donde bebe vinho amargo...
¿Por qué canta con tristeza?
¿Por qué esos ojos cerrados?
Por un amor desgraciado...
¡Por eso canta! ¡Por eso pena!
¡Fado!
Porque le faltan sus ojos..
¡Fado!
Porque le falta su boca...
¡Fado!
Porque se fue por el río...
¡Fado!
Porque se fue con las sombras...