No sé si esta tristeza que me mata,
si en ti podrá mi alma hallar la dicha,
yo sé que no eres tú de las ingratas
que dejan en el alma sólo heridas.
Te vi, me enloquecí, linda muchacha
porque me enamoré de ti, joven querida.
Yo sé que no podré nunca olvidarte,
no sé como vencer esta quimera,
si me niegas la dicha de adorarte,
porque eres joven, yo de muchas primaveras.
Pero te quiero y puedo demostrarte,
que en el amor no hay condición, límite ni barreras.
Me niegas tu cariño porque quieres,
te burlas de mi corazón que sufre,
es verdad que por mi edad tu amor me hiere,
no lo niegues, vida mía; ya lo supe.
Te bendigo entre todas las mujeres
mi linda María de Guadalupe.