El asesino mora dentro de mi ser.
Sí, puedo sentir que se mueve.
A veces parece que se halle en los brazos de Morfeo
en la tranquilidad de su lugar,
pero luego sus ojos
abrirán y mirarán a través de los míos,
hablará con mis palabras y cortará mi mente
por dentro.
Exactamente, el asesino mora dentro de mi ser.
Los ángeles moran dentro de mi ser.
Puedo sentir que sonríen.
Su presencia acaricia y calma
la tormenta en mi mente
y su amor
puede sanar las heridas que he hecho.
Me ven cuando voy cayendo.
Pues sé que debo ser rescatado
mientras los ángeles vivan.
¿Cómo puedo ser libre?
¿Cómo puedo obtener ayuda?
¿Soy yo de verdad yo?
¿O soy yo el otro? 1
Pero asechando en mis claustros
rondan los acólitos de oscuridad
y la Cabeza de Muerte arroja su capa
a la esquina de mi cuarto
y estoy condenado.
Pero riendo en mi patio
juegan los bromistas de mi juventud
y el solemne Viejo que espera
en los faldones del tejado:
él me dice la verdad.
Y yo también moro dentro de mi ser
y muy a menudo no sé quién soy.
Sé que no soy un héroe.
Pues espero no ser maldito.
Soy sólo un hombre,
y los asesinos, los ángeles, todos son esos
dictadores, salvadores, refugiados
en la guerra y en la paz
mientras el Hombre viva...
Sólo soy un hombre,
y los asesinos, los ángeles, todos son esos
dictadores, salvadores, refugiados...
1. O: "¿O soy una otra persona?".