En el espejo de mi habitación
Flotaba una chiquilla en camisón,
En vez de preocuparse de jugar
Le daba solamente por soñar.
Esa niña en las nubes era yo,
Y pensaba con toda la razón
Que hay dos clases de gente nada más
Los artistas y todos los demás.
Sacaba ropa vieja del baúl
Y me vestía como en Hollywood,
Me hartaba de cantar y de bailar,
O de ensayar la escena del sofá.
Me ponía zapatos de tacón,
Me plantaba en las trenzas una flor,
Me pintaba los labios de carmín
Y buscaba el valor para decir:
Mamá, quiero ser artista,
¡Oh! Mamá, ser protagonista,
Con pieles o harapos con tal de ser trapos,
De estrella solista que hace suspirar.
Mamá, quiero ser famosa,
¡Oh! Mamá, ser la más hermosa,
Firmar talonarios y en el escenario
Pisar a diario alfombras de rosas.
Mamá, por favor, compréndeme:
Quiero ser artista.
En el silencio de mi habitación,
bordaba en la almohada mi ilusión.
Mi nombre luciría como un sol,
con guiños caprichosos de neón.
Y un buen día tome la decisión
de llevar hasta el fin mi vocación
y dispuesta al martirio por mi fe
estas cuatro palabras pronuncié.
Mamá, es inevitable, quiero ser artista.