Tendrías que verla vestirse
por las noches para salir.
Y hacerse la calle, apoyada en un farol.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, no podrás, ah no, no podrás.
En su bolso hay colorete y una botella de ron.
Y en su brazo un tatuaje con el nombre de su amor.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, no podrás, ah no, no podrás.
Hey, Madrid te odio, pero qué le voy a hacer.
No puedo dejarte y quedarme sin mujer.
Tendrías que sentir las caricias de Madrid sobre tu piel.
Y escribir con tu sangre “Madrid, eres mi mujer”.
Viene el invierno.
Tú entraste en mi corazón.
Y aquí estoy, lamiendo
las heridas de tu amor.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, sin vivir en Madrid no lo entenderás.
Ah no, no podrás, ah no, no podrás.