Ellos dijeron que te fuiste
y que seguro sola no estás
que en Nueva York todo es grande
que en cada vuelta se escucha jazz
y cómo vuela la imaginación
sueño despierto porque no hay opción
y otra vez voy bajando por la calle Galuyot1
camino a Kiriat Hamelacha
y tú sabes cómo soy yo
yo nunca me rindo
en los momentos débiles
me acuesto, escribo, quemo salvia2
y entonces como un ancla liberada
me concentro en subir
hacia un recuerdo lindo tuyo
hacia pensamientos de amor
si alguna vez te acuerdas de mí
cuando vuelvas encontraremos un día más para ser, tal vez,
justo el sabor que me falta
viniste como tormenta en el desierto
y ahora estás lejos
y en las primeras noches
me busqué una mujer
o una melodía que me acompañara
reflejos de amor
recuerdas la India de las ilusiones
en lo que nos íbamos a convertir
con un chamán de por ahí
cómo has cuidado de mí como un bebé
hasta que lleguemos al final
hasta que nos atrape la calma
hasta que nos perdonemos de verdad
hasta que volvamos al amor
con el sol matutino del viernes
todos los cafés están llenos
y yo estoy vivo un poco por ti
paso por el mercado a comprar flores
si alguna vez te acuerdas de mí
cuando vuelvas encontraremos un día más para ser, tal vez,
justo el sabor que me falta
viniste como tormenta en el desierto
y ahora estás lejos
si alguna vez te acuerdas de mí
cuando vuelvas encontraremos un día más para ser, tal vez,
justo el sabor que me falta
viniste como tormenta en el desierto
y ahora estás lejos
1. La calle Kibutz Galuyot está ubicada al sur de Tel Aviv y conecta con un barrio de artistas y galerías llamado Kiriat Hamelacha. Lo pueden ver en este mapa.2. “Quemar salvia” es una costumbre en el judaísmo oriental (mizrají), especialmente en el marroquí, para limpiar las casas de las malas vibras o energías. Creo, por lo que estoy leyendo, que también es costumbre en otras culturas del mundo.