Desde hace tiempo en ti la vida sopla el viento en contra.
Esa no es manera de vivir.
Que la costumbre es mala compañera.
Pone a la ilusión cadenas de un futuro por venir.
Que la soledad no es sólo lo que ves.
Que tú sola puedes más de lo que crees.
Y es así que te vi, prisionera.
Deja ir ya de ti esa condena.
Prisionera de la piel y de las manías de otra pеrsona
que no sabe qué hacer si no еstás.
Por eso déjalo ir ya de una vez y sale a la calle.
No le digas a nadie a dónde vas.
Que tu corazón es grande, yo lo sé,
donde cabe todo el mundo a la vez.
Y es así que te vi, prisionera.
Deja ir ya de ti esa condena.
Abre los ojos y date cuenta que te queda mucho por hacer.
No hay momento ni lugar correcto en tu vida.
No hay nada que perder.
Que la soledad no es sólo lo que ves.
Tienes que aprender a pasártela bien.
Y es así que te vi, prisionera.
Deja ir ya de ti esa condena.
Cada vez que paso a paso vas caminando
sobre el rastro de lo que algún día te cegó,
me detengo y me fijo en tu cara,
está más bella que nunca.
En la libertad está tu voz.
Prisionera.
Es la condena.
Prisionera.
Es la condena.