Amantes por ahí
yo muchas veces vi
de noche alegres caminar.
Extraño brillo los rodeaba
y parecía luz celestial.
Pensaba entonces yo
que ese hermoso amor
no habría de conocer jamás.
Nunca en mi cara tan horrible
podría brillar luz celestial.
Mas de repente un ángel sonrió hacia mí.
Besó mi feo rostro sin temblar.
Me atrevo a decir
que está pensando en mí
Hoy las campanas al sonar
la oscura torre harán brillar,
¡y debe ser luz celestial!