Fado... llorar la tristeza bien,
fado... dormirse con dolor,
fado... sólo cuando la nostalgia viene
a arrancar de mi pasado
un gran amor.
Pero... no condeno esa pasión,
esa pena de las palabras
que la guitarra va gimiendo también.
No, yo no pediré perdón
cuando goce del pecado
y vuelva a acercarse a mí.
Porque quiero ser feliz
y las desdichas no se cuentan.
No quiero lo que el fado quiere decir.
Fado... sollozar recuerdos,
fado... revivir tanto dolor,
fado... sólo cuando la nostalgia viene
a arrancar de mi pasado un gran amor.
Pero... no condeno esa pasión,
esa pena de las palabras
que la guitarra va gimiendo también.
No, yo no pediré perdón
cuando goce del pecado
y vuelva a acercarse a mí.
Conozco ese lado que hay en nosotros
lleno de alma lusitana
como la leyenda de Severa.1
Porque quiero ser feliz
y las desdichas no se cuentan.
El fado no me hace arrepentir.
1. La primera intérprete de fado en forma moderna, “La Severa”, es el mito fundacional de este género.