Sólo tú puedes oír mi alma.
Sólo tú puedes oír mi alma.
Luna, tú,
¿Cuántos son los cantos que resuenan?
Deseos que a través de los siglos
han surcado el cielo para alcanzarte,
puerto para poetas que no escriben
y cuya sensatez a menudo perdono.
Tú recoges los suspiros de quien sufre
y regalas un sueño a cada alma.
Luna que me miras, ahora escúchame.
Sólo tú puedes oír mi alma.
Luna, tú
que conoces el tiempo de la eternidad
y el sendero estrecho de la verdad,
pon más luz dentro de este corazón mío,
este corazón de hombre que no sabe, que no sabe
que el amor puede esconder el dolor
como un fuego te puede abrasar el alma.
Luna, tú,
tú aclaras el cielo y su inmensidad
y nos muestras sólo la mitad que quieres,
como luego hacemos casi siempre nosotros.
Ángeles de barro que no vuelan.
Almas de papel que se incendian.
Corazones como hojas que luego se caen.
Sueños hechos de aire que se desvanecen.
Hijos de la tierra e hijos tuyos, que saben
que el amor puede esconder el dolor,
como un fuego te puede abrasar el alma.
Pero es con amor como respira nuestro corazón.
Es la fuerza que todo lo mueve e ilumina.
Sólo tú puedes oír mi alma.
Blanca luz, diosa mía, eres diosa silenciosa.
Sólo tú puedes oír mi alma.
Blanca luz, diosa mía, eres diosa silenciosa.