Se lo pedí a mi Padre,
le dije: "Padre, cámbiame el nombre,
el que tengo ahora está cubierto
de miedo, inmundicia, cobardía y vergüenza".
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Él me dijo: "Te confiné en este cuerpo,
lo hice a modo de ensayo.
Puedes usarlo como arma
o para hacer sonreír a alguna mujer".
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
"Entonces, déjame volver a empezar", le grité
"por favor, déjame volver empezar,
quiero una cara hermosa esta vez,
quiero un espíritu que esté en calma".
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
"Nunca te di la espalda", dijo Él,
"nunca me marché.
Fuiste tú quien construyó el templo,
fuiste tú quien cubrió mi rostro".
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Y que el espíritu de esta canción
se alce puro y libre,
que sea un escudo para ti,
un escudo contra el enemigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.
Sí, y Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, Señor, vuelve conmigo.