Aquí está el paraíso perdido.
Aquí está, aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Es el juguete
roto en las manos de un niño triste,
el que uno quería tanto,
el que era como oro.
Es un inesperado final al maravilloso mundo de la infancia,
la primavera que de golpe se ha hecho demasiado vieja.
Aquí está el paraíso perdido.
Aquí está, aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Es el último beso
que se ha desvanecido en nuestros labios,
el beso de un primer amor
que se acabó deprisa.
Uno reza al cielo
arrodillado y alabado
y así nos quedamos
con los corazones rotos.
Es lo que nos escapa
en el curso de nuestras vidas,
algo que no podemos retener
si no lo recordamos.
Sólo la melancolía se conserva
en nuestros dolorosos pensamientos.
Es la felicidad que se acaba
y nos deja atrás.
No pudimos sostenerla
porque fue demasiado grande.
No pudimos seguir nuestra confianza
y debilitado por temor a hundirnos
estuvimos fuera de control.
Aquí está el paraíso perdido.
Aquí está, aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Es un pueblo tranquilo
al borde de la frontera,
es una carta no reclamada
que uno ha leído demasiado tarde,
es el último amor en que uno cree,
sincero, una cita fallida
que habría sellado nuestro destino.
Aquí está el paraíso perdido.
Aquí está, aquí está
el paraíso perdido, aquí está.
Aquí está
el paraíso perdido, aquí está.