El vino entibia,
sueños al jadear...
desde su boca,
de verdeado dulzor...
y entre los libros,
de la buena memoria,
se queda oyendo,
como un ciego frente al mar...
Mi voz le llegará,
mi boca también...
tal vez le confiaré,
que eras el vestigio del futuro...
Rojas y verdes,
luces del amor...prestidigitan,
bajo un halo de rouge...
que sombra extraña,
te ocultó de mi guiño...
que nunca oíste,
la hojarasca crepitar...
Pues yo te escribiré,
yo te haré llorar...
mi boca besará,
toda la ternura de tu acuario...
Más si la luna,
enrojeciera en sed...
o las impalas,
recorrieran tu estanque...
no volverías,
a triunfar en tu alma....
yo sé que harías,
largos viajes por llegar...
Parado estoy aquí, esperándote...
todo se oscureció,
ya no sé si el mar descansará...
Habrá crecido un tallo en el nogal...
la luz habrá tiznado gente sin fe...
y esta botella,
se ha vaciado también...
que ni los sueños,
se cobijan del rubor...
Licor no vuelvas ya,
deja de reír...
no es necesario más,
ya se ven los tigres en la lluvia...