Hoy es el día después del fin del mundo,
el sol se ha llevado tus rincones oscuros,
pero odio la tranquilidad de tu ausencia
todavía.
Elegir olvidarte y sentir que soy libre
o morirme en tu boca y saber que no existe
en el mundo otro amor por el que me condenaría
todavía,
todavía.
Cada puente, cada casa,
cada página abierta,
cada olor, cada plaza,
cada calle desierta
y mis ojos y mis manos
me hablarán de ti.
Cada gesto, cada voz,
cada puesta de sol
y esa radio que dice
“viviremos siempre juntos”.
Hoy los días de mañana
me hablarán de ti,
Recuerdas cuando, caminando un día
detrás de la colina, un lago
y una iglesia rota por la lluvia,
pensé “aún rezando te maldigo
si te marchas algún día
todavía”.
Enseñar a dormir a mi corazón,
aprender a vivir sin la desesperación
y esconderte en silencio debajo de mi piel
todavía,
todavía.
Cada puente, cada casa,
cada página abierta,
cada olor, cada plaza,
cada calle desierta
y mis ojos y mis manos
me hablarán de ti.
Cada gesto, cada voz,
cada puesta de sol
y esa radio que dice
“viviremos siempre juntos”.
Hoy los días de mañana
me hablarán de ti,
me hablarán de ti,
me hablarán de ti,