De la mano de los hijos
de Santiago monte adentro,
mis mensajes los changuitos
que les desparrame el viento.
Por el cauce de nostalgias
quiero abrir este camino
ancho rumbo luminoso
que se sientan argentinos.
Que canten como mi abuelo,
que se vayan a la fuente,
con alma de río y monte
que canten a nuestra gente.
Voy desbordando alegrías
por este camino abierto
cantándole a los guardianes
de una raza que no ha muerto.
Llevame como te llevo
dentro de tu corazoncito
donde palpita la vida
tu tukuy en el rinconcito.
Sigo buscando paisajes
por las huellas de mi canto,
como sé de chacareras,
de vidala o de algún gato.
Pues cantando al más pequeño
que haya nacido en mi suelo
en ellos voy encontrando
mi esperanza y mi consuelo.
La juventud de esta tierra
es la luz de mi camino
que descubran en mis versos
nuestro folklore argentino
¡Porque los quiero a mis changos
te quiero más, chacarera!
Llévales este mensaje,
la niñez es la que espera.