Del amanecer de un cerro,
del atardecer de un valle,
una paloma en el mar
que me dice adiós volando.
Del cañaveral, la luna,
en tus ojos sol, la zafra,
y una esperanza de amor
ciega de cantar vidalas.
Tus ojos me dan la vida,
cañaverales me matan,
ardiendo sube el alcohol
y mi corazón te canta.
Pa’ desensillar, la noche,
viene al despuntar del alba
y esa es tu boca de miel
roja de un clavel, que sangra.
Se despertaran los valles,
sin oír gritar la zafra,
y al verde cañaveral
yo le cantaré mi zamba.
Tus ojos me dan ....