Lola salió de juerga a cogerse un vacilón,
y en medio del jaleo, a un mulato conoció.
Un rastaman cubano que tocaba el bongó,
la cogió de la mano y a la Lola se llevó.
Lola nació en una humilde cueva de Triana.
Lola criaba duendes por mascotas, ¡qué gitana!
Un patio con macetas de lunares y una voz,
que a todo viandante alegraba el corazón.
Para Lola las cositas materiales no tienen peso...
por eso cogió su maleta y no lo pensó.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.
Lola montó un trío musical con su moreno,
algo que nunca hizo ni poca gracia al suegro del negro.
Se buscaban la vida con su ritmo sabrosón
alegrando las tascas del viejo malecón.
Su padre dijo me alegro porque sé que pronto viene,
da igual lo que tenga el negro pero a Sevilla siempre se vuelve
Tenía razón el viejo y a su vera regresó,
no cabía de contento cuando Lola apareció.
Pero éste no sabía que otra sorpresa le esperaba,
el negro aparecía con su maleta y las llaves de su nueva casa.
Sí sí, mejor así! vamos a llevarnos bien,
hagámoslo por el niño ya que pronto seremos tres.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.
Lola quiso volar, y la Lola voló
Lola y Lola llegó a La Habana.