Puede que no haya palabra inventada
para llegar, con acierto, a decir
que tienes la magia que nunca se acaba
y creo que, hoy, te lo voy a escribir.
Eres el viento que mueve mi vela,
la melodía que eriza mi piel.
Sabes amar y, a verdades sinceras,
eres la luz que en el fondo de mi alma se ve.
Así es como es:
te llevo en un bolsillo,
cosido a mi piel...
[Estribillo:]
Te quiero decir
lo que mi voz no alcanza,
lo que no entiende el mundo...
¡Lo que eres para mí!
Te quiero decir
y no encuentro las palabras.
Declaro guerra abierta
al corazón, por ser así
y amarte mucho más a ti que a mí...
¡Y lo que puedo escribir!
Haces que todo parezca distinto
mientras te veo, a mi lado, soñar.
Mientras te duermes me enredo en tu pelo,
río y, sin más, te contemplo en mi paz.
Cada segundo es un trozo de vida
y quiero guardarlo, por si un día te vas.
Pueda etenerte por siempre en mis sueños:
sé que lo nuestro es eterno y, el adiós, va de más...
Así es como es:
te llevo en un bolsillo,
cosido a mi piel...
[Estribillo:]
Te quiero decir
lo que mi voz no alcanza,
lo que no entiende el mundo...
¡Lo que eres para mí!
Te quiero decir
y no encuentro las palabras.
Declaro guerra abierta
al corazón, por ser así
y amarte mucho más a ti que a mí...
¡Y no sé cómo decir...!
¡No!
¡Y hasta el silencio grita
que tú eres para mí!
Te quiero decir
y no encuentro las palabras.
Declaro guerra abierta
al corazón, por ser así
y amarte mucho más a ti que a mí...
¡Y lo que puedo escribir!