Amor mío, amor mío...
Mi cuerpo en movimiento,
mi voz en la búsqueda
de su propio lamento.
Mi limón de amargura,
mi puñal hiriente.
Hemos parado el tiempo:
¡no sabemos morir!
Y nacemos, nacemos
de nuestra tristeza.
Amor mío, amor mío...
¡Mi pájaro ceniciento
que llora la grandeza
de nuestra separación!
Amor mío, amor mío...
Mi nudo de sufrimiento,
mi muela de ternura,
mi navío de tormento:
Este mar no tiene cura,
este cielo no tiene aire.
Hemos parado el viento:
¡No sabemos nadar!
Y morimos, morimos
despacio, despacio...