Ella se ha despertado esta mañana
En medio de gigantes gigantescos.
Si querría explicar a ellos
Habría de poner el grito en el cielo.
No podrían siquiera verla
Si no se enfurecería derecho enfrente
O perforaría sus orejas con el hacha.
¡Guarda siquiera silencio y mira el suelo!
Los gigantes rompen agujeros enormes en la selva
Y obran castillos grandes enteramente en forma gigantesca.
¿Pero quién, quién había de habitar en ellos?
Nada más un poquito hay de vosotros.
Pero de ellos hay de millones,
Quien raspan a la puerta.
¡Guarda siquiera silencio y mira el suelo!
Sobre muchos, pequeños, miles enanos estás de pie.
Gracias a muchos, pequeños, miles enanos estás de pie.
No ha durado mucho tiempo
En comparación con la eternidad,
Que los enanos, abrasado en deseos,
Se han convertido del todo en polvo
Y los gigantes se han hundido.
Porque la gravedad ignora el derecho
No solo por las fronteras trazadas
Sino también por el tamaño y por la estirpe.