Bestias como tú
deambulan por ahí y no es fácil
descubrirlas, ¿sabes por qué?
Son fabricantes de máscaras.
Te escupen en el mundo
solo para tener una comida fácil.
Yo sigo aquí
soy duro de pelar
incluso más que tú.
Nunca es fácil
aceptar que te reconozco
entre mis arrugas que
se parecen cada vez más a las tuyas.
Y esta sangre que
sabe un poco a monstruo y un poco a mí
me lleva a pensar que querría agradecerte
que no estés.
Pocas arrugas
de expresión.
Nada más de ti
sobrevive en mí.
Un apellido que llevar
es lo único que serás
y nunca más me verás.
De monstruos como tú
está lleno el mundo y no es fácil
descubrirlos, ¿sabes por qué?
Tienen manos blancas y voz suave,
pero si los miras bien
dentro de sus ojos no ves nada.
El corazón alquilan a una noche negra
sin ninguna luz.
Pocas arrugas
de expresión.
Nada más de ti
sobrevive en mí.
Un apellido que llevar
es lo único que serás.
Nunca más me verás.
Cada mal es un bien cuando te es útil.
También he aprendido a aguantar bien.
He estado fuera todo el tiempo,
fuera de mí mismo y dentro del mundo.
Ya no hay miedo
y no hay nada.
Lo que era gigante hoy no se ve.
En la espalda encuentras cicatrices
y allí enganchas las alas.
Pocas líneas en la piel.
Nada más de ti
sobrevive en mí.
Un apellido que llevar
es lo único que serás
nunca más me verás.
Cada mal es un bien cuando te es útil.
También he aprendido a aguantar bien.
He estado fuera todo el tiempo,
fuera de mí mismo y dentro del mundo.
Ya no hay miedo
y no hay nada,
lo que era gigante hoy no se ve.
En la espalda encuentras cicatrices y allí enganchas las alas.
Cada mal es un bien cuando te es útil.
También he aprendido a aguantar bien.
Quizá un día sea padre
y le diré que cambie las estrellas.
Y le diré que una bofetada hace daño
y que una palabra a veces te mata.
Y cuando en la espalda tienes cicatrices
allí enganchas las alas.