Son tipos extraños que viven de su pluma,
o que no viven, dependiendo de la estación,
son tipos extraños que atraviesan la bruma
con pasos de pájaro bajo el ala de las canciones.
Su alma está plantada bajo los puentes del Sena,
el dinero en los libros que no han vendido nunca
su mujer está en algún lugar al final de una cancioncilla
que nos habla del amor y del fruto defendido
ponen color al gris de los adoquines
cuando caminan por encima de ellos creen estar en el mar
ponen lazos alrededor del alfabeto
y sacan de paseo a sus palabras para que las dé el aire.
A veces tienen perros, compañeros de miserias,
que lamen sus manos de pluma y de amistad
con la fiel luz en el hocico
que les conduce hacia el país del absurdo
son tipos extraños que miran las flores
y que ven en sus pliegues sonrisas de mujer,
son tipos extraños que cantan a las desgracias
en los pianos del corazón y los violines del alma
sus brazos totalmente desplumados se acuerdan de las alas
que la literatura le dará más tarde
a su espectro congelado sobre la basura
donde volverán a morir sus versos como un efecto del arte.
Marchan por el azul con la cabeza en las ciudades
y saben pararse para bendecir a los caballos,
caminan por el horror con la cabeza en las islas
donde nunca abordan las almas de los verdugos
tienen paraísos que se consideran artificiales
y se mete en la cárcel sus cuartetos de diez monedas
como si encerrase un edificio entre los barrotes
bajo el pretexto de que los burgueses están en las alcantarillas.