De un lado al otro de la semana,
en las calles, en los barrios,
se les ve rrezagarse por centenas,
sus polainas sucias y sus amores
en las camisasa de diez días.
Bajo la luz de las farolas,
con aire de Pompadour,
Son nuestros bellos ferreteros,
son nuestras muñecas, nuestros guiñoles, nuestros títeres.
Escuchaz durante la noche,
cantan este estribillo:
Somos nosotros los chavales, los chavales de la campana,
vagabundos que se van sin nada en el bolsillo.
Somos nosotras, las perdidas, las puras perdidas
que somos queridas una noche en algún sitio.
Sin embargo tenemos
un corazón no muy exigente,
pero nadie lo quiere.
Y bueno, peor para ellos.
Que da igual,
nos da igual!
Nada se engancha a él,
no hay amor,
y siempre seremos
las chavalas de la campana!
Pero como ellas no tienen los aseos
necesarios para los barrios ricos,
No es en las Galerias Lafayette
a las que van a hacer cada noche su turbin.
A lo largo del canal Saint-Martin,
en el Sebasto, en la capilla,
siempre se es lo suficiente galán
para el señor que os llama.
El artículo popular, no es un bonito juguete,
no hay muñecas de seda
en los bazares de cuatro perras.
Somos nosotras las chavalas, los chavalas de la campana,
vagabundos que se van sin nada en el bolsillo.
Somos nosotros, los perdidas, las puras perdidas
que somos queridos una noche en algún sitio.
Tal como nuestros zuecos,
no estamos barnizados.
Nunca iremos
a la Riviera,
Que da igual
nos da igual!
Cuando el dinero nos abata
iremos a mendigar
ahi abajo, en la Torre.
Las chavalas de la campana,
vendieron todas sus caricias.
Fueron pagadas tan bien como mal,
después de un día, nada más había en la caja,
lléndose los ficheros en el canal
y sin tener como un cavallo
la piedad de la gente de la calle,
se les lleva al hospital.
El bullicio dice "esto sólo es una zorra"
y asi es como nuestras muñecas, nuestros títeres,
cuando no tienen más dinero
se van todas a Pantin.
Somos nosotras las chavalas, las chavalas de la campana,
vagabundas que se van sin amigos, sin cercanos.
Somos nosotras las perdidas, las puras perdidas,
que se van a dormir en el horrible agujero.
Tras nuestro cortejo
nunca se ve
ni flores ni coronas,
ni siquiera una persona,
que da igual,
nos da igual!
cuando la muerte nos abata
es nuestro día más bonito
Campanas, sonad para
las chavalas de la campana!