En la estación, una tarde de julio,
les preguntó el nombre,
aunque ya lo sabía.
Cargó las maletas y regalos,
desató a los caballos,
llegaban las primas.
En la cena se lo quedaron mirando:
por momentos estás bien,
pero dices muchas tonterías.
Durante el baile le tomaron de la mano:
nos han dicho que hay un río
y nos han dicho que tú guías!
Oh! La luna es un lobo que campa por los caminos
plateando el sotobosque.
Tres sombras sin pantalones saltarán para
comprobar
cómo está el agua de la poza!
Y estaba bien! Y hay que decir que estaba bien!
Cuando quiso hablar
de un amor que él tenía.
El primer sol les secó las pieles.
"Cuando todo sea menos grave -dijeron-
y dramático, nos avisas...".
En la estación, una tarde de julio,
pronunció su nombre
y tragó saliva.
La vida ha sido cruenta y fugaz
pero, cómo pasarlo bien, chico,
lo sabían las primas.
Lo sabían las primas,
lo sabían las primas,
cómo pasarlo bien, compañero,
lo sabían las primas.