Hay un hotel en esta calle y nosotros estamos cansados
como dos que han viajado en el tiempo,
como dos que van al quinto Wimbledon.
Hay un montón de cosas de las que podríamos hablar
pero prefiero mirarte a los ojos
mientras consumimos la cena.
Tú estás tan distraída por las estrellas
que no te das cuenta de lo bellas que son
incluso las habitaciones de este hotel.
Ha iniciado nuestro viaje
en una habitación con vista al mar.
Y las boas anaranjadas y las desilusiones
de un chaval que se enamora.
Leones al sol y la noche, la noche vuela.
Hay quien se marcha y quien regresa,
quien se lanza de un inconveniente y se cae.
Hay un hotel en esta calle y nosotros estamos cansados
como dos que han viajado en el tiempo,
como dos que van al quinto Wimbledon.
Y el pianista no me parece malo, tiene el cuello de una garza
y la voz de quien se ha quedado solo
y pone a una mujer por cada nota.
Tú estás tan distraída por las estrellas
que no te das cuenta de lo bellas que son
incluso las habitaciones de este hotel.
Ha iniciado nuestro viaje
en una habitación con vista al mar.
Y las boas anaranjadas y las desilusiones
de un chaval que se enamora.
Leones al sol y la noche, la noche vuela.
Hay quien se marcha y quien regresa,
quien se lanza de un inconveniente y se cae.
(Y se cae...)
Y las boas anaranjadas y las desilusiones
de un chaval que se enamora.
Leones al sol y la noche, la noche vuela.
Hay quien se marcha y quien regresa,
quien se lanza de un inconveniente y se cae.
Y se cae.