Guerrero sigue tu enseñanza,
cuando los fastidiosos rían más.
No caigas por burlas o ridiculeces.
No te traiciones a ti mismo ni a tu fe,
deja el odio y risas pasar.
Tú miras lo que otros no quieren ver.
El rebaño odia al perro pastor,
pues les recuerda de la bestia.
Lo quieren escondido y atado,
odiado, fastidiado, evitado como una plaga.
Con sus cabezas muy abajo de la arena,
creyendo que el peligro no existe,
el guardia llama a su mano,
con los ojos cerrados, nadie recuerda.
El corazon de león late
cuando el oso está en la puerta.
No saltes a donde otros vayan,
déjanos explotar adelante.
¿Sientes los latidos?
Siente el frío viento,
el día todavía esta amaneciendo,
fuera de culpa y vergüenza.
Cuando el tiempo ha llegado de luchar
el burlón se vuelve modesto y tímido,
y busca refugio en la sombra de tu escudo.
Déjalo hacer su confesión,
y entonces solo haz tu deber.
El mañana espera con hambre y frío.
Si, las ovejas odian al perro pastor,
porque constantemente les recuerda del lobo.
Pero cuando el lobo viene el perro camina
hacia donde el invierno espera groseramente.
La mafia no se da cuenta del peso
de protejer lo que tienen.
Se burlan del que lleva acabo el deber
y odian el que desvaina la espada.
El corazón de león late...
Perro pastor toma tu arma,
con la empuñadura de hierro del escorpión.
A pesar de que miramos las fauces del monstruo
Resistimos en oposición.
En cada corazón mora un léon
impulsado por el deseo de libertad.
Agobiado por el dolor, el temor y el sufrimiento,
Sin embargo, encontra de la batalla él va.
El corazon de león late
cuando el oso está en la puerta.
No saltes a donde otros vayan,
lucha en muerte.
¿Sientes los latidos?
Siente el frío viento,
el día todavía esta amaneciendo,
Cuando el corazón de león late.