Me da vértigo cuando lo pienso.
Me da vértigo.
Nos pasábamos todo el día en domingo,
todo el día en la cama
o en la Vespa azul de vacaciones
en la bahía de Amalfi.
Me da vértigo cuando lo pienso
y también me pone inquieta.
Sol para todos y Dios para quienes
sueñan a escondidas con estar enamorados.
Es precisamente domingo
y te escribo estas palabras.
Estoy a orillas del canal de la Mancha.
Quería ver los barcos.
El azul del cielo ya pasó,
está todo blanco, todo nublado.
Quería ver los veleros.
Vi mi vida desfilar.
Y veo todo lo que baila.
Es el vértigo, pienso.
Me da vértigo cuando pienso
en los demonios del mediodía.
Bautizábamos todas las dependencias
y también los jardines.
Me da vértigo cuando lo pienso.
Me da vértigo
y me pierdo en mis suéteres y mangas.
Ya no tengo apetito.
Sol para todos y Dios para quienes
sueñan a escondidas con estar enamorados.
La película del domingo por la noche
a partir de ahora me aburre.
No veo más que una pantalla negra,
más que matices de gris.
El azul del cielo ya pasó,
está todo blanco, todo nublado.
Quería ver los veleros.
Vi mi vida desfilar.
Y veo todo lo que baila.
Es el vértigo, pienso.
Y todo esto reinicia.
Mañana será lunes
y tú no volverás.
Eso me da vértigo.
Da vueltas y parece un mes.
Da vueltas a mi alrededor.
Es el vértigo, creo.