Cuando están nuevecitos,
recién salidos del huevo,
del cascarón,
todos los mocosos
toman a los viejos
por gilipollas.
Cuando se vuelven
canosos,
ancianos,
todos los vejestorios
toman a los jovenzuelos
por gilipollas.
Yo, que ando por la mediana edad,
les envío a todos un mensaje:
El tiempo no cambia las cosas,
cuando uno es gilipollas, es gilipollas.
Ya tenga veinte años o ya sea abuelo,
cuando uno es gilipollas, es gilipollas.
No discutáis más entre vosotros,
gilipollas veteranos o gilipollas novatos,
pequeños gilipollas del último aguacero,
viejos gilipollas de las nieves de antaño.
Vosotros, los gilipollas incipientes,
los gilipollas inocentes,
los jóvenes gilipollas
que, no lo neguéis,
tomáis a vuestros padres
por gilipollas.
Vosotros, los gilipollas maduros.
los gilipollas ajados,
los viejos gilipollas
que, confesadlo,
tomáis a los novatos
por gilipollas,
meditad el imparcial mensaje
de un tío que anda por la mediana edad:
El tiempo no cambia las cosas,
cuando uno es gilipollas, es gilipollas.
Ya tenga veinte años o ya sea abuelo,
cuando uno es gilipollas, es gilipollas.
No discutáis más entre vosotros,
gilipollas veteranos o gilipollas novatos,
pequeños gilipollas del último aguacero,
viejos gilipollas de las nieves de antaño.