Ya es primero de diciembre.
Siente qué frío hace afuera.
Y tú me cubres los hombros.
Dices, "Así te enfermas".
Hoy es un día normal.
Mi padre en la foto.
Parece que quisiera decirme:
"Te veo incluso desde aquí".
Y sí, al río no le importa y brota.
Las muñecas serán faldas.
El grano, en cambio, polvo.
Pero sí, serás bellísima para mí.
Nos quedaremos tú y yo
para consolarnos de nuevo
mientras todos se marchan con prisa por la calle nueva.
Nos quedaremos tú y yo
para vivir batallas,
para cubrirnos de noche siempre aquí como las montañas.
Ya es primero de diciembre,
dentro de poco es mi cumpleaños.
Debería sentirme grande
pero no es así.
Eh sí, deberemos tener mucho cuidado
porque la casa estará vacía
o al menos para llenarla entre los dos,
pero sé que aprenderemos a reírnos de ello.
Nos quedaremos tú y yo
para consolarnos de nuevo
mientras todos se marchan con prisa por la calle nueva.
Nos quedaremos tú y yo
para vivir batallas,
para cubrirnos de noche siempre aquí como las montañas.
Y sí, aprenderemos muy bien
que amarse no es sólo amor
sino a menudo es más resistir
y tú ya sabes por qué.
Nos quedaremos tú y yo
para consolarnos de nuevo
mientras todos se marchan con prisa por la calle nueva.
Nos quedaremos tú y yo
para vivir batallas,
para cubrirnos de noche siempre aquí como las montañas.
Como las montañas.
Como las montañas.