Las cosas van cambiando,
dicen que van cambiando,
mas hay otros que dicen
que se van disfrazando.
Han cambiado los tiempos
en su cronología:
con distintos disfraces,
la misma mercancía.
Si alguno le hace gracia,
papel de celofán,
puede seguir dejando
las cosas como están.
Los lobos se han vestido
con pieles de cordero,
pero siguen mordiendo
y se les ve el plumero.
Hay demasiados ciegos
que no lo quieren ver,
demasiados miopes
porque lo quieren ser,
demasiados que dicen
nada se puede hacer,
esconden la cabeza
y piensan con los pies;
demasiadas conciencias
ante un televisor,
demasiados que duermen
sin un despertador.
No creas que con el tiempo
las cosas cambiarán,
aquí no cambia nada
si no lo haces cambiar.
No dejes que te engañen
con su nuevo disfraz,
que ya hace mucho tiempo
que dura el carnaval.