Puede ser que el viaje no esté mal,
que un ángel celestial me invite cenar.
Y puede ser que no haya más allá,
que el cuento acabe mal y no vuelva a empezar.
Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente,
me ha dicho: "Coge mi mano fuerte y sígueme".
Puede ser que el cielo tenga mar,
que sea un buen lugar para verte llegar.
También puede ser que no te vuelva a ver,
que tenga que sufrir mi destierro sin ti.
Hoy ha venido a verme una mujer alta y sonriente,
me ha dicho: "Coge mi mano fuerte y sígueme".
Vino vestida de blanco, se sentó a mi lado
y me hizo sonreír mientras aún tirabas tú de mí.
Y antes de su beso eterno le pedí un deseo
que pude cumplir: deshojar la Luna para mí.
Y en el pétalo de la esperanza
pude ver tu nombre y el de otra mujer.
Suspiré tranquila: serás feliz otra vez.
Suelta ya mi mano, suelta ya mi mano,
suelta ya mi mano, estaré bien.